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martes, 18 de octubre de 2011

La sirenita


"La sirenita" siempre ha sido uno de mis cuentos favoritos, me refiero al cuento original del poeta y escritor danés Hans Christian Andersen, no a la adaptación cinematográfica animada de Disney.

Entre el cuento de Andersen y la película de Disney hay diferencias abismales que merecen ser destacadas, entre ellas el desenlace y algunos aspectos de la trama.
En el cuento de Andersen, la sirenita ha cumplido cierta edad para ascender a la superficie y como primera aventura heroica rescata a un príncipe de ahogarse en el mar; cae entonces enamorada de él, mas ella no consigue su amor porque el príncipe está comprometido con otra mujer. Después de tal desengaño amoroso y muchos sacrificios (entre ellos un pacto con una bruja para quedarse sin su preciosa voz a cambio de un cuerpo humano), a la sirenita se le concede la oportunidad de volver a su vida bajo el mar, pero para ello debe lastimar a su amado, así que antes de hacerle daño decide sacrificarse por él.
La adaptación de Disney, con grandes dosis de edulcorante artificial y un previsible final feliz, me figuro que ya la conocéis; han suavizando el argumento y han atribuido el papel antagonista a la bruja (cuando ésta únicamente es un personaje secundario y neutral en el cuento original) porque la película está dirigida a un público infantil.

Otro aspecto de las sirenas que siempre me ha fascinado es la descripción que hacen de ellas en la mitología griega; algunas versiones cuentan que las sirenas eran seres híbridos de mujer y ave, criaturas que fueron desprovistas de sus alas como castigo por retar a las musas en una competición de canto que perdieron, convirtiendo la parte inferior de su cuerpo en cola de pez para adaptarse a vivir en el mar.

Respecto a mi ilustración, que la hice hace años para clase mientras cursaba ilustración, lo único que tiene de especial y llamativo son los vivos colores que utilicé para su elaboración. No es una de mis mejores ilustraciones infantiles, al menos en cuanto a composición, pero me he concedido el capricho de mostrarla en el blog ya que transcurrí gran parte de mi infancia dibujando sirenas y ángeles mayoritariamente.
En cuanto a la técnica, la realicé a lápices de colores sobre papel de 260 gr en DinA-3.

lunes, 2 de mayo de 2011

La chica de la curva


Esta obra titulada "La chica de la curva" ilustra la leyenda urbana que recibe el mismo nombre; está realizada a acrílico sobre papel de 160 gr y con una medida original de DinA-4.

Las leyendas urbanas son fábulas contemporáneas que, pese a poseer componentes sobrenaturales o de una índole similar, se presentan como sucesos reales. Algunas parten de hechos verídicos, exagerando o distorsionando  los acontecimientos y fusionándose así con lo ficticio.
Por lo general, se trasmiten de boca a boca y, en los últimos años, a través de Internet mediante correo electrónico mayoritariamente; además, suelen tener una moraleja.

"La chica de la curva"  es una de las leyendas urbanas más populares y de origen incierto que circula por todo el mundo con multitud de versiones, pero con una estructura muy parecida.
Para quien aún no conozca esta leyenda urbana la resumo:

Una joven generalmente vestida de blanco, en algunas versiones con traje de novia algo rasgado y empapado por la lluvia, aparece en el arcén de una carretera normalmente secundaria o camino poco frecuentado, y siempre cerca de una curva peligrosa.
Un conductor, con frecuencia se alude a un varón que viaja solo y de noche, se ampara de la chica y recoge a la autoestopista. Cuando la muchacha, de aspecto lánguido, triste y con la mirada perdida, toma asiento en el interior del automóvil, transcurre un tiempo incómodo y tenso en absoluto silencio, hasta que ella desaparece del vehículo en movimiento y sin explicación alguna, no si antes advertirle al conductor que tenga especial cuidado con una curva en la cual ella perdió la vida.
En ocasiones, la versión en la que ella viste traje de novia, concluye aclarando que murió junto a su novio en un trágico accidente de tráfico en ese mismo tramo del trayecto.

El propósito de la aparición es alertar al conductor de una curva peligrosa y la moraleja fundamental es extremar la precaución al volante sobre todo en noches cerradas, lluviosas y cuando el conductor viaja solo.

El periodista y escritor Alberto Granados recoge esta fascinante y clásica leyenda, entre otras que no tienen desperdicio, en su libro "Leyendas urbanas", publicado en 2007; un libro muy recomendable y curioso para lectores de cualquier género y que se lee fácilmente ya que las historias que recopila son muy amenas y su narración tiene un singular atractivo.
A mí este libro me encantó, y conocer a Alberto Granados en la Feria del Libro de Madrid para que me dedicase un ejemplar de su primera edición fue una experiencia muy grata.

Alberto Granados fue  un antiguo colaborador de Cuarto Milenio, el programa televisivo a cargo de Iker Jiménez  que se emite hasta la actualidad en Cuatro; yo mandé esta ilustración al programa para la sección de los espectadores. Estaba deseando que se pudiese enviar a este apartado ciertas expresiones artísticas relacionadas con el tema del misterio ya que nunca he tenido la suerte (o la desgracia) de sacar fotografías anómalas o con alguna curiosa pareidolia.

martes, 5 de abril de 2011

La princesita en su cuarto


Hace tiempo que no publico una entrada con una ilustración infantil de protagonista, así que aquí va esta, que lleva guardada en mi carpeta ni se sabe; y como nunca viene mal rescatar del olvido ilustraciones antiguas y llevarme una grata sorpresa al verlas de nuevo pues he querido compartir este reencuentro artístico con vosotros.

En lo referido a la ilustración infantil, la representación de animales es un elemento recurrente y característico que incluyo a menudo y no suele faltar siempre que encuentro ocasión; fijaos en el gatito de la derecha... ¿No os parece entrañable? A mí me resulta de lo más simpático.
Sé que algunos estarán pensando que la perspectiva deja mucho que desear, y en cierto modo llevan razón, pero me gustaría añadir y explicar que en la gran mayoría de las ilustraciones infantiles que realizo no pongo mucho énfasis en revindicar este aspecto puesto que la concepción de la profundidad, el espacio y el reconocimiento de superposición de figuras no se desarrolla de manera avanzada hasta la última etapa de la infancia; se sabe a ciencia cierta que los niños (sobre todo cuando son muy pequeños) tienen un campo visual limitado, tan sólo un tercio de la visión de un adulto, por lo tanto aprecian mejor figuras simples y planas (casi esquemáticas y de carácter frontal) con colores muy llamativos y contrastados.

Para la elaboración de esta ilustración, la técnica que utilicé es un aguado de tinta china sobre ceras blandas en papel grueso de 25,60 x 20,50 cm.
En entradas anteriores, Bea me sugirió que subiera al blog bocetos de la obra y/o una especie de storyboard con su proceso de creación, así que  teniendo muy en cuenta su proposición y atendiendo a su buen consejo y petición los expongo a continuación. Afortunadamente, guardé algunos bocetos de la última fase de esta ilustración (eso sí, no sé qué demonios hice con las pruebas de color, quizá pasaron a mejor vida.)

Bocetos realizados a lápiz de grafito y rotulador de punta fina