He pasado más tiempo del habitual con el blog abandonado y los pinceles desterrados de mi vida cotidiana, pero creo que eso ya lo sabéis y es evidente; no hay nada más que mirar debajo de esta entrada y comprobar que no he publicado nada desde Octubre del año pasado.
No sé si vale de algo pedir disculpas, a vosotros, mis seguidores, por tan prolongada ausencia, pero por si acaso sirviera me gustaría hacerlo.
Regresar al blog, habituarme otra vez a redactar entradas y sentir de nuevo una chispita de pasión por lo que hago me está pareciendo harto complicado, no os voy a mentir, hasta ahora no he encontrado el modo exacto ni el momento adecuado para retomar este blog que en su día abrí con más miedo que vergüenza; miedo a que se me agotasen las ideas y la imaginación, miedo a tender a lo ecléctico, miedo a que a nadie le gustaran mis obras, miedo a ser mediocre en los temas, en definitiva, miedo a cosas que hoy poco me importan porque actualmente de lo que tengo miedo en realidad es de replantearme seriamente mi profesión y vocación como lo he estado haciendo los últimos meses.
No sé si ésta es la manera más idónea de empezar una entrada y anunciar mi vuelta, pero no lo puedo remediar, soy propensa al caos y de nuevo me siento como el primer día que inauguré este sitio, con más miedo que vergüenza otra vez; debe ser que vivo en un continuo "déjà vu" del que no tengo escapatoria.
He absorbido vuestros ánimos, he seguido los sabios consejos de CreatiBea y he hecho un esfuerzo del que ni yo me creía capaz, reabriendo este sitio con una ilustración publicitaria para Carnaval.
Creo que las ideas me iban a estallar en la dichosa cabeza por no dejarlas fluir a través de mi mano hasta plasmarse en el papel desde hacía meses, así que aquí tenéis al menos una de tantas cosas que me han pasado por esta retorcida y desgastada mente mía hasta hoy, espero que la disfrutéis (y prometo hacer obras mejores, o al menos prometo hacer obras, que quizá sea más factible).
La ilustración está realizada a acrílico sobre papel de 80 gr y posee unas medidas de 20,83 x 42,16 cm.
Y como dice la canción de Celia Cruz: "Oh, oh, oh, ay, no hay que llorar, que la vida es un carnaval y las penas se van cantando..." Por lo tanto, aprovechemos estas fiestas para ponernos el disfraz o quitarnos el que llevamos todo el año.