lunes, 10 de octubre de 2011

Burgos (Parte II)

Como anuncié en la entrada anterior, os traigo la segunda parte de mi reportaje fotográfico de Burgos; espero que os guste, muy en especial a CreatiBea, a quien de nuevo se la dedico con cariño.
   
A modo de portada os muestro esta toma a última hora de la tarde, con un cielo que el mismísimo Tiziano hubiese querido plasmar recelosamente en sus cuadros. La catedral aparece en el horizonte como una ilusión, en medio de una vegetación espesa que se ve incapaz de cubrir por completo esas agujas que como lanzas desafiantes apuntan al avainillado cielo. 
(Podéis pinchar en las imágenes para poder cotemplarlas a mayor tamaño)
 
Atardecer en Burgos.
 
He visto varios monumentos escultóricos dedicados al Cid Campeador (en Valladolid, Valencia, Sevilla...), y obviamente no podía faltar su figura emblemática en Burgos.
Esta estatua ecuestre no sería tan especial si no me pareciese que Rodrigo Díaz de Vivar se dispone a cruzar el Arlanzón para salir de la ciudad, camino de su destierro, a lomos de Babieca, con la capa al viento y blandiendo firme a su espada Tizona ante las estatuas de piedra que permanecen hieráticas sobre el puente.

Otro monumento destacado es el arco de Santa María; comunica el puente con la plaza de la catedral. Fue construido entre los siglos XIV y XV y posteriormente remodelado con piedra caliza blanca burgalesa. En la actualidad está abierto al público y en su interior alberga el museo de farmacia y exposiciones temporales.

El palacio de los Condestables de Castilla, conocido como Casa del Cordón, es del siglo XV, del gótico tardío; es un edificio de carácter civil y en su arquitectura se aprecia armonía y austeridad. Hoy por hoy no es visitable, dentro se encuentran las oficinas centrales y la sede social de la entidad bancaria propietaria del inmueble.
  
     
Se pueden encontrar un montón de iglesias preciosas paseando por Burgos (y pasear he paseado, tanto que el dolor en mis pies tardó dos días en desaparecer tras regresar...)
 
La iglesia de San Esteban es un templo gótico donde ya no se practica el culto y en cuyo interior se puede visitar el museo del Retablo por un precio aceptable; la iglesia está emplazada en la ladera Este del cerro del Castillo y presenta una planta de tres naves de cuatro tramos, la cabecera se cierra con triple ábside y posee sala capitular.
Los retablos que se exhiben son fundamentalmente renacentistas y barrocos, procedentes de diferentes localidades, aunque algunos pertenecen a la propia iglesia, como el Retablo Mayor.


La iglesia de San Gil es de estilo gótico y presenta un austero aspecto exterior debido a que estuvo dentro de la muralla de Burgos. Podría decirse que la iglesia es ruda por fuera y bella por dentro. La planta de cruz latina posee tres naves de tres tramos, más transepto y una pronunciada cabecera triple cuadrada.
 
Respecto a la iglesia de la Merced, continúa teniendo un uso religioso y no coincidir con su horario de culto es difícil, porque considero una falta de respeto molestar con el ruido del obturador al cura oficiando una misa; aun así, siempre se puede esperar para ver el interior de esta iglesia tardogótica de los siglos XV y XVI.
    
   
Continuando con las iglesias, cabe destacar que la iglesia de San Nicolás de Bari merece una mención de honor; fue levantada en 1408 sobre otro templo románico y está situada enfrente de la catedral , ante la ponencia de ésta casi hace anodina su presencia, pero sería un error pensar tal cosa cuando en su interior se alza uno de los retablos platerescos de piedra más complejos que mis ojos han llegado a contemplar, sencillamente es espectacular.

La iglesia de San Lesmes es un templo de estilo gótico, aunque su fachada no tiene apenas decoración, salvo la portada y el rosetón. En ella se halla enterrado el santo que da nombre a la iglesia, patrón de la ciudad.

Frente a la iglesia de San Lesmes nos encontramos con las ruinas del monasterio de San Juan; se conservan fragmentos de la iglesia del siglo XV y de la sala capitular del XVI, además, consta de un claustro renacentista en el que se ha instalado un museo que exhibe las obras del pintor burgalés Marceliano Santamaría, cuyas obras no he tenido el placer de conocer por falta de tiempo... (Un consejo: Si visitáis Burgos y queréis verlo todo, que vuestra estancia sea de más de cuatro días)
 

Por último, refiriéndome a edificios de índole religiosa, diré que siempre que pasaba por delante de la iglesia de San Lorenzo estaba cerrada y en el convento de Santa Clara no se permite la entrada al público.

Así que hablaré un poco del Monasterio de Santa María la Real de Las Huelgas, que es amplio y complejo, con aspecto de fortaleza y se encuentra algo retirado del casco antiguo.
En la actualidad, el monasterio está "gobernado" por monjas cistercienses, y digo "gobernado" porque, aunque se permiten visitas guiadas de aproximadamente una hora, la entrada tiene un precio abusivo y además no dejan sacar fotos, éstas sólo están permitidas en el patio exterior.
El monasterio es bonito y se agradece contar con una guía en el recorrido, pero ya que privan a los turistas de sacar fotos pues podían compensarlo con un folleto, que el precio (4 reducida y 7 € la normal) lo vale.

Como podéis apreciar en la foto superior de la derecha, aparezco yo bajo un arco; pasé de ser la fotógrafa a la fotografiada, aunque no descuidé mis labores de fotografía y mi pareja no se libró de posar también como podéis ver en la foto de al lado.  


El Museo de Burgos es una joya que poca gente conoce y que desgraciadamente no se visita; mi pareja y yo estuvimos completamente solos en él y eso que la entrada es gratuita los Sábados y Domingos, aunque la tarifa normal es de 1,20 € y la reducida de 0,60 €, vamos, un precio ridículo.
 
Las colecciones del museo tienen una procedencia exclusivamente burgalesa y muestran la evolución histórica y cultural de la provincia.
Está dividido cronológicamente (Prehistoria, Edad Antigua, Edad Media, Renacimiento, Barroco y Siglos XIX y XX). Es amplísimo y soberbio, para tirarse un día entero en él sin aburrirse.
                                
    
También estuve en el  Museo de la Evolución Humana (MEH), un edificio muy bien diseñado cuyo objetivo es conservar, inventariar y divulgar los restos arqueológicos de los yacimientos de la sierra de Atapuerca.
En su interior, hay una recreación paisajística y escenográfica de la sierra de Atapuerca, en la primera planta se encuentra un espacio expositivo mientras que la planta baja está dedicada a la teoría de la evolución de Charles Darwin, donde se encuentran también diez espectaculares e hiperrealistas reproducciones de antepasados del ser humano.

Las entradas (una reducida y otra normal) costaron 14 € e incluyen visita al museo, ida y vuelta en autobús desde Burgos a la sierra y visita guiada al yacimiento; increíble que a algunos les parezca caro cuando en El Prado de Madrid la entrada general ya vale 10 € por persona y sin guía ni nada.

Me quedé alucinada con todo lo que aprendí, sobre todo del Homo antecessor, una especie homínida extinta considerada la más antigua de Europa, ya que tiene más de un millón de años (pararos detenidamente a pensarlo). Eran individuos muy parecidos a nosotros, altos, mucho más robustos y con un cerebro algo más pequeño que el nuestro.
     

La sierra de Atapuerca es un conjunto montañoso que ha sido declarado Patrimonio de la Humanidad dado los tremendos hallazgos arqueológicos y paleontológicos del yacimiento, con testimonios fósiles de, al menos por el momento, tres especies distintas de homínidos: Homo antecessor, Homo heidelbergensis y Homo sapiens.

El lugar es impresionante, tanto como la excepcional arqueóloga que nos lo mostró (creo recordar que se llama Eva), una profesional como la copa de un pino que no pude evitar comparar con el personaje de la serie de televisión "Bones", la antropóloga forense Temperance Brennan.
Tuvimos mucha suerte al contar con una guía así, que nos mostró la Galería, la Gran Dolina y la Cueva del Compresor, que contestó a las preguntas con claridad y entusiasmo, y que nos explicó el proceso de trabajo para desenterrar restos, las condiciones meteorológicas de la sierra, las diferencias fisinómicas entre distintos homínidos, etc...

En definitiva, una excursión atípica y enriquecedora en la que solamente hay que disfrutar y ponerse en modo esponja para absorber tantos conocimientos como se pueda.
   

De Burgos me he traído un montón de recuerdos y experiencias con la mejor de mis compañías, conocimientos nuevos, fotografías espectaculares, los pies doloridos de tanto caminar y lo más importante: un poco de consuelo para este desinterés por todo que me asesinaba lenta y silenciosamente.
Llegué allí con el alma rota y he vuelto con cicatrices. Pocas son las heridas del alma que el arte y el aprendizaje de viajar no curen.

10 comentarios:

  1. Guauuu qué recorrido cultural y artístico de la ciudad de Burgos nos has hecho con este post (bueno y con el primero).

    Me encanta.

    Me ha venido, además, estupendamente, para recordar algunas cosas que tenía medio olvidadas.

    A mi me gusta muchísimo el monasterio de las Huelgas (es lo que más, junto con la caredral, por supuesto).

    Aunque cualquiera de las iglesias tiene algo para ver. Particularmente la de San Nicolas, me encanta (ahí se han casado bastantes personas de mi familia) Es divina.

    Desde luego has sido una guía estupenda, y una magnífica embajadora de Burgos. Yo no lo hubiera hecho mejor.

    Besos y mil gracias!!!

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  2. CreatiBea:

    Estoy muy emocionada con tu comentario, me alegro un montón de que mis entradas te hayan gustado y servido para recordar tantas cosas; jamás pensé que hacer de “guía” en la red fuese tan divertido y apasionante.

    Más que darme tú las gracias te las tendría que dar yo a ti por haber nacido en una ciudad tan bonita y con una catedral soberbiamente espectacular; porque los madrileños, artísticamente hablando, podemos presumir de pinacotecas, palacios, monumentos y edificios, incluso de un templo egipcio en pleno centro, pero no de una catedral; mis más sinceras condolencias a quien le guste La Almudena porque casi tendrían que pagar a los turistas por el daño que le causa tal aberración al arte a sus retinas.

    El monasterio de las Huelgas es una visita obligada si se va a Burgos, que no se me malinterprete en la entrada por lo del precio, sólo que me pareció abismal comparado con la cartuja de Miraflores; además, el paseo hasta las Huelgas es muy agradable a orillas del río y con abundante vegetación (y sombra, que menudo calor nos hizo, empecé a creer que lo del frío en Burgos era simple leyenda urbana... jajaja!)

    ¿Qué te puedo yo decir de la iglesia de San Nicolás que no hayas visto con tus propios ojos? Sobran las palabras para ella y su retablo, además, como anécdota te puedo contar que cuando pasé oí voces femeninas cantando al son del órgano y pensaba que habían puesto un cd para ambientar la iglesia en plan místico, pero no, cuando subí hasta el coro cual fue mi sorpresa al encontrarme allí con unos músicos ensayando...

    ¡Un besazo muy gordo!

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  3. Si menuda paliza nos pegamos, pero es que más que vacaciones son palizas que nos metemos en 3 días, a ver si la próxima visita la hacemos un poco más larga y no nos pegamos tanta paliza.

    La verdad es que Burgos está muy bien, yo pensaba que era más pequeño pero me equivoque gratamente.

    Por cierto cuando estés apática ya sabemos lo que tenemos que hacer: irnos 4 ó 5 días.

    Bueno un besito!!!

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  4. Jorge Martín:

    La paliza que nos pegamos en Burgos quedará plasmada en nuestra colección particular de “Grandes palizas del turismo cultural, por Fátima Ortiz y Jorge Martín”... jajaja!!!

    Siempre que salimos de vacaciones culturales nos pasa lo mismo, acabamos físicamente agotados, pero mentalmente completos y bien nutridos.

    Ya te comenté que a la próxima salida nos vamos como mínimo 5 noches, que siempre caemos en el error de prejuzgar la extensión de la ciudad sin tener en cuenta la cantidad de arte concentrado por metro cuadrado que existe.

    No me percaté hasta que volvimos de lo mucho que menguó mi desinterés, apatía y cabreo con el universo; definitivamente, a mí no hacer nada y el silencio me pone nerviosa e histérica, en cambio, visitar sitios, empaparme de su cultura e historia y el ajetreo diario me relaja.
    ¡Ruido, gente, arte, civilización y urbanismo, venid a mí!

    ¡Un besote!

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  5. ¿Tres días?
    Jolines, vosotros si que sabéis aprovechar el tiempo.

    Super reportaje de Burgos, contando además los precios, vamos vamos que esto lo ven los de turismo y te hacen un copia y pega jejejeje Está todo genial, menudo trabajo te has currado Fátima (y ayudante de cámara, por supuesto).

    A mi particularmente, me ha encantado la parte del Museo de la Evolución Humana y la Sierra de Atapuerca, debe ser muy especial andar por las cuevas por las que anduvieron nuestros 'antepasados'. Uno de los viajes que más ganas tendría de hacer (va con el tema) sería el de visitar las pinturas rupestres de Altamira (ver de cerca, las obras de los 'primeros artístas'), pero mucho me temo que ya me va a ser imposible, porque las visitas las están deteriorando y se habla de que ya no se podrán visitar... una pena.
    Bueno, siempre nos quedará, entre otros, Atapuerca.

    Fenomenal chicos, mi más sincera enhorabuena, tres días y pedazo de reportaje, no os digo nada cuando estéis más días jajajajaja

    Un besote muy grande!

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  6. Guerrero ilustradora:

    Imagina la palicilla que nos metimos en tres días, a ver si para las próximas vacaciones culturales estamos más tiempo, que hasta los peregrinos recorren menos kilómetros al día para llegar a Santiago... jajaja!

    Muchas gracias de parte de los dos por tu favorable crítica sobre el reportaje fotográfico y la redacción; espero que si los de turismo me hacen copia y pega me citen como fuente (que estoy a favor de la divulgación gratuita, pero no del plagio).
    A la vuelta de Burgos se me ocurrió plantearle a Jorge lo de elaborar una entrada y como él me animó pues fui seleccionando fotos, mezclando conocimientos de arte con experiencias personales y datos de interés, como lo de los precios, que al final ha resultado de lo más curioso.

    El MEH y la Sierra de Atapuerca son como un viaje en el tiempo que nos sitúa en lo más remoto de nuestros orígenes, la arqueóloga que nos acompañó supo muy bien transmitir esas sensaciones. Me acordé mucho de las pinturas de Altamira, cosa que me gustaría visitar al igual que a ti, pero también estoy al corriente de su clausura por un fatal deterioro, pero bueno, si suprimiendo las visitas turísticas es la única manera de conservarlas pues asumiremos esa decepción con tal de preservarlas.

    ¡Un besazo!

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  7. Me uno a la felicitación del resto de tu comunidad. Te has currado una miniguía de Burgos muy chula. Comparto la fascinación por la cuca San Nicolás de Bari. Lo de Atapuerca lo considero más una visita cerebral, evocadora, que un placer visual.

    Te voy a hacer una pregunta... ¿Dónde has visto en Valladolid una estatua dedicada al Cid? De todas maneras gracias por citar tan noble ciudad, jajaja.

    Enhorabuena Fátima por la entrada en dos partes (y a tu ayudante, claro está), y a Bea por ser una burgalesa tan genial y llevarse dedicatorias tan guays.

    Me alegra, además, que la visita te haya servido para tomar oxígeno y fuerzas nuevas.

    Un beso coral!

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  8. Daviblio:

    Gracias por tu comentario y elogios, lo que empezó siendo el experimento de un reportaje fotográfico en el blog se ha convertido en una guía y, al parecer, útil.

    No me extraña que te llame la atención la iglesia de San Nicolás, esconde en su interior una belleza que no se llega ni a intuir al contemplar su fachada. En lo de Atapuerca tienes razón, las imágenes no sirven para transmitir la experiencia, pero he intentado compensar esa carencia explicando un poco la visita porque las imágenes no retratan los conocimientos adquiridos ni las sensaciones.

    Cuando has mencionado lo del Cid, en vez de sentirme avergonzada por no tener respuesta ante tal evidencia, he pensado: ¡Madre mía! Y el monumento que tengo en mente... ¿En qué emplazamiento lo he visto ubicado? Estaba convencida de que había una estatua dedicada a él en el Paseo del Cid de Valladolid, así que te agradezco infinitamente la corrección.
    Perdóname si no recuerdo muy bien mi estancia en tu ciudad, no exagero si te digo que estuve allí hace unos quince años y no tengo fotografías que me sitúen sobre el terreno.
    De Valladolid recuerdo algunas cosas y muy dispares, como la iglesia de San Pablo (creo que su portada más bien parece un retablo), la casa de Zorrilla, una estatua a Cervantes (¿...?), un palacio (¿el de Pimentel puede ser? Este me suena más de mis apuntes de historia del arte que de mi retina) y sobre todo recuerdo la sensación al pasear por el centro, que a veces me parecía no haber salido de Madrid.
    Lo siento si no recuerdo más... aisss!!! Odio tener lagunas, voy a tener que volver a Valladolid para refrescarme la memoria ya que me encanta viajar... jaja!!!

    ¡Un besazo y gracias por todo!

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  9. Menuda lección histórico-artística! Impresionada estoy. Me encanta la fotografía primera de la puesta de sol. Yo soy tan torpe con las camaritas que me da tremenda rabia no poder plasmar así de bien momentos tan bonitos.

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  10. LaLolaSh:

    Me alegra haberte impresionado y para bien, además, como has comparado mi entrada con una lección tengo que confesarte que, según la redacté no me di cuenta de que había incluido datos que parecían de un examen de historia del arte... jajaja! Algunos tecnicismos, sobre todo de arquitectura, me salen solos, hasta mi novio, que está acostumbrado a oírme hablar de arte, me dice algunas veces: me he perdido cuando has mencionado no sé qué del Pantocrátor en el tímpano de la portada... (por ejemplo); sólo espero no haberos aburrido.

    La puesta de sol en Burgos es una de mis fotos preferidas, en cuanto la saqué supe que no podía quedarse abandonada por mi ordenador, tenía que subirla al blog... XD
    Por lo de tu “presunta” torpeza con las cámaras no te preocupes, lo mismo ni es culpa tuya; yo antes intentaba fotografiar un montón de puestas, hacer barridos, congelados y cosas así, y no me salía nada, pero al tener mi primera réflex analógica (no la digital que tengo ahora) ya comprobé que el problema no era yo, sino las automáticas.
    Para obtener una buena fotografía y a la primera, aparte de una buena cámara, o se tiene un golpe de suerte o se han realizado muchas tomas similares en otras ocasiones.

    ¡Un beso!

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